miércoles, abril 19, 2006

BAFICI - Crónica IV

Vengo atrasado. Es que este ritmo de laburo y festival no me dejan mucho tiempo para postear nada.
Día domingo 16. Fui al abasto a las 5 de la tarde y no conseguí entrada para la de Mekas "A Letter from a Greenpoint", uno de los directores evidentemente mas consumidos por el snobismo pseudo intelectual de este festival. Me dirán si yo no seré uno de ese grupo, pero debo decir que mi curiosidad por Mekas era genuina.
A las 19 vi "We Feed the World", un documental de Erwin Wagenhofer. Nada nuevo bajo el sol. La maquinaria de producción capitalista, el bochorno de una producción de alimentos que excede ampliamente lo que toda Europa puede consumir, mientras sabemos del hambre en los países subdesarrollados. Esta temática ha sido abordada muchísimas veces. El documental muestra como los modos de producción se industrializan en áreas del comercio que en algunos casos todavia son artesanales como la pesca o cierto tipo de agricultura. Como las cantidades que se producen y el dumping, destruyen las pequeñas economias (y si lo sabremos por estas tierras). Este documental no me aportó demasiadas cosas que no supiera, y ademas no fue innovador ni en el planteamiento del tema ni desde lo estructural. Eso no quiere decir que fuera malo, desde lo ideológico quedaba claro lo que se quería decir, el mensaje era contundente. Pero en un tema tan trillado como este, conviene encontrar nuevas ideas, nuevas abordajes y si se puede, nuevos tratamientos formales. Bueno, pido mucho, no?
Al no haber podido conseguir para la de Mekas volví a casa, con la intención de cenar y luego ir al Atlas Santa Fe, ya que le tenía ganas a "Two Girls", a las 23.
Debo decir que mis ganas fueron satisfechas. La peli me gustó mucho, puedo afirmar que, de las que vi, fue una de las que me dejó mejor impresión. El director es turco, se llama Kutlug Ataman. La película transcurre en Turquía, y la protagonista principal es una chica llamada Behive. Hija de una familia tradicional en la cual la mujer está sometida a la autoridad del hermano varón mayor, en este caso un tipo pelotudo, detestable y violento, y una familia que es pasiva ante la violencia del hermano con la hermana. Pero esta chica es de armas tomar.
Hacía mucho que no veía una historia con un personaje tan bien construído como el de Behive, y además tan bien actuado (no me pregunten el nombre de la chica, el turco no es mi fuerte y Pancho Ibáñez no me atiende el celular a esta hora). Una adolescente rebelde pero de buen corazón, tal vez un poco fundamentalista con los afectos. Cuando conoce a su amiga en la facultad, se hacen inseparables. Lo cual podría parecer raro al principio porque la amiga de Behive es en apariencia una chica medio superficial, preocupada bastante por lo estético y lo material. Cuando conocemos a la madre, entendemos los porqués. Sin embargo Behive hace que su amiga vaya de a poco liberando su rebeldía oculta. Pero el carácter de Behive va en contra de todo y termina chocando terriblemente con la hipocresía de todos los demas, hasta dejarnos una imagen de brutal soledad, ya que finalmente ni la amiga la comprende ni le hace caso.
Definitivamente es una película muy amarga, lo que hizo que la gente no se fuera del cine muy contenta, y de hecho, nadie aplaudió, lo que no sólo me sorpendió, sino que hizo que me diera aún más bronca este público estúpido que aplaudió gratamente una bazofia como Transamérica.
Lo que confirma una vez más que por más que la gente que viene acá tengan pretensiones de intelectuales, caen en todas las zancadillas del cine clásico yanqui, y se rien de situaciones de comedias y gags repetidos desde hace 80 años.
De todos modos a Two Girls se le pueden encontrar muchos clichés, pero es tan buena la construcción de los personajes, sobre todo el de Behive, es tan terrible lo que pasa y esta tan bien contado que uno se lo perdona. Ya sabemos que desgraciadamente la narración cinematográfica de occidente parece requerir si o si de los clichés para funcionar. Las orientales tienen los suyos también aunque no abusen de ellos.
Es un tema este de los clichés. Lindo para debatir en algún momento.
En breve, seguiremos con las crónicas de este flojito BAFICI 2006.

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