Nada de viernes santo en el Bafici. Hoy me vi, a las 16:15 en el Atlas Santa Fe, "Longing", película alemana sobre un muchacho de campo, bombero voluntario, que está casado y aparentemente feliz con su mujer. La cosa es que el tipo tiene que viajar a otro pueblo con su brigada de bomberos y ahi conoce otra mujer y "supuestamente" se enamora. Digo supuestamente porque esta película muestra a unos personajes tan pero tan parcos, infinitamente alemanes y para colmo, de pueblo, que uno tiene que suponer casi todo lo que pasa. La verdad que el muchacho bombero no era muy agraciado que digamos, pero misteriosamente despierta una pasión sexual en las dos mujeres bastante fuerte. Estoy tentado en bromear sobre su condición de bombero. No es lindo, no parece muy piola, pero algo tiene. En fin, el tema es que la película tiene un ritmo demasiado lento para mi gusto, y no me gustaron los planos de los momentos de besos y/o relaciones sexuales entre el muchacho y sus dos mujeres. Es cuestion de gustos. La que está mejor es la mujer de él. Es a la que se le entiende más que carajo le pasa. Hay algo de la película que no me gustó. Digamos que no me terminó de cerrar. De ningún modo se entiende de que manera el bombero se enamoró de la otra mujer, y en general nunca queda claro nada de lo que pasa en la historia. A veces, las elipsis pueden resultar interesantes, pero cuando en la historia todo pasa demasiado adentro de los personajes y no hay diálogos ni acciones que sugieran nada, la cosa se hace poco empática. Gustos son gustos, a mi me aburrió.
Luego volví al Atlas Santa Fe (cine de los viejos, como a mi me gustan, como el América que por desgracia este año no está afectado al festival) a las 22:45 para ver "Transamérica". Este film es un film típicamente yanqui, con lo bueno que puede tener que a pesar de tener ciertos baches narrativos y licencias que no son justificables, uno no pierde la atención de la pantalla ni un minuto. Es una historia que tiene muchos clichés, o mejor, que tiene casi todos los de una comedia de este tipo. Stanley es un hombre que padece de "disforia de género", digamos más sencillamente que es transexual, o sea que nació hombre pero es mujer. La cosa es que cuando a Bree (su nombre de mujer) le falta solo una semana para operarse y convertirse definitivamente en mujer, le aparece un hijo que había tenido en su etapa de varón. Bueno aquí comienza la comedia de enredos, ya que para autorizarle la operación debe resolver su situación con su hijo. Es una comedia típica, y si bien cae en muchos clichés, queda el sinsabor de una dificil posibilidad de recuperar una idea de paternidad y / o maternidad, aunque, convengamos que a este transexual no le importaba mucho su hijo hasta que apareció, primera de las supuestas licencias del autor. Es decir que hay un error de construcción del personaje de Stanley/Bree: si era tan activista luchadora de la verdad, tan ético su proceder, no se entiende como había dejado un hijo tirado por ahí. En fin, la historia funciona al mejor estilo yanqui. Nada más.
Fin de la jornada.
Pero antes no puedo dejar de comentar lo terrible que me parecen las supuestas "charlas" con los directores en la "post proyección". No puede la gente ser más estúpida. Ya el miércoles, en el Abasto, al director de Lucy le hicieron unas preguntas, bueno, lo peor es que no son preguntas, son comentarios, tan patéticos, que el propio director se río en la cara de casi todo ellos. Además de nunca faltar el pelotudo que hace la pregunta en alemán para lucirse, y la pregunta en alemán fue: El lavarropa funcionó? (Haciendo mención a un hecho totalmente irrelevante sobre un lavarropa que no tenía ninguna importancia en el relato). No pueden ser tan estúpidos. Hoy con la directora de Longing sucedió lo mismo: un terrible boludo empezó a hablar en un inglés pésimo, y lo peor es que no hizo ninguna pregunta y todo el mundo se río de él. La verdad es vergonzoso el espectáculo de la pseudointelectualidad argentina.
Y como frutilla del postre, hoy en la proyección de Longing, un grupito de chicas de esas que tan bien y justificadamente odia mi amigo el Licenciado Kanal se pusieron a reír a caracajadas en el momento en que el protagonista se suicida. El colmo del snobismo más boludo, increíblemente patético. Y lo peor, no contentas con eso, estas muchachas pidieron disculpas luego, en la charla con la directora, aludiendo que se tentaron por la situación. Nada más para agregar.
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