Bailando por un asesinato

Una mujer "bien" de un country es asesinada. Al principio los medios hablan de la posible violación de un desconocido. Luego descubren que es mas interesante explotar la veta de barrio privado con ricos degenerados que se acuestan entre ellos, que juegan extraños juegos sexuales que parecen extraídos de la Roma de Julio Cesar. Luego fantasean con la posibilidad de que se la haya garchado hasta el gobernador de la provincia en cuestión. Los conductores de noticieros cada vez que cierran sus programas lanzan una proclama "No se olviden de la burguesita violada del country Villa Miami".
Las hipótesis son terribles. Al final la mina asesinada tiene una historia más turbia que Goebbels y Massera juntos. Después un tribunal de provincia lleva a cabo el juicio oral televisado en directo por Crónica y Canal 26.
El juez se peina a la gomina y tiene bigotes.
El juicio luego queda viciado de nulidad porque la mayoría de los testigos son truchos, viejas de barrio que quieren aprovechar sus 30 segundos de fama nacional.
El juicio llega a Juzgados superiores. Se comprueba que casi todas las pruebas son falsas. Se comprueba que la mina ni siquiera murió. Es mas, se comprueba que no existe nadie con el nombre de la víctima. Es que llegó el mudial de fútbol, la copa davis, el mudial de los murciélagos, el final de Padre Coraje, de Bailando por un Sueño. Esa noticia ya no interesa.