miércoles, septiembre 03, 2008

El deseo de mi, Dios

En el sucio piso tirado
mi cuerpo
abandonado a su sueño
Agotado en el desesperado deseo
Es solo amor, es tanto amor y es
Tan poco
Las paredes negras del templo
Dios, aquí estoy
No se si puedo cumplir tu deseo
Me recostaría en tu hombro
en el llanto pasado
soy tu niño
En el sucio piso, me besas
Dios, los infinitos pasillos
en la oscuridad detrás de los tiempos
Crece para sanarte
Las calles se agolpan
Los atardeceres se amontonan
Circunstancias inútiles
Deja tu cuerpo
Empieza a ser profundamente infeliz
Para ser profundamente …

1 comentario:

sub comandante vikinny dijo...

es curiosos; duarnte mucho tiempo nuestra estetica poetica se fundamento en la etica del desamor. sin embargo, el presente, con su fatalismo a cuestas, renombra ese existencialismo, imperecedero al fin, invirtiendo el significado de determinadas palabras.
puede que la poesia sea, al fin de cuentas,sea un sentimentalismo vacuo, en tanto experiencia del ser. pero es asi mismo, una experiencia concreta, que nombra aquello que la conciencia cotidiana esconde bajo el alo del inconciente productor.
la herencia tragica de la poetica de miguel hernandez, donde cada palabra, no solo no se teatraliza, sino que se hace carne viva para doler sin culpa alguna. o la experiencia salvaje de viel temperley subida a una hoja de afeitar para ver al ser en su plenitud. o tal vez, la urbana experiencia sentimental, triste por cierto, de horacio rega molina. y, finalmente (un final de catalogo incompleto) recaer en el desparpajo revoltoso de cesar vallejo.
el esceptisismo es una eleccion revolucionaria. su poetica y su estetica nos convina a pasar "una temporada en el infierno"