martes, marzo 28, 2006

La Olivetti está cargada

Todavía me da vuelta un tema, algo escuchado en el programa del nefasto profesor de derecho, otrora pareja periodística del famoso dinosaurio bernardo, un programa del que he descubierto, no sin cierto beneplácito, que ha dejado de ser supuestamente periodístico para pasar a revistar en las filas del humor.
Sabemos que el Dr "eternos anteojos al filo de su nariz" gusta rodearse de gente mucho mas mediocre que él, aunque tal vez la palabra exacta no sea "mediocre". En realidad se trata de estúpidos, lisa y llanamente. Son dos los coequipers actuales del Dr. Uno, un muchacho rubio, periodista bastante ignoto hasta los momentos previos a su incorporación a las filas del Dr., coquetea con un discurso por momentos más que progre. El otro, un muchacho gordo de barba, este si un poco más conocido, cuyo pensamiento es tan, pero tan pelotudo, que muchas veces más que risa provoca pena. La intención de este muchacho es parecer mas allá de las viejas dicotomías, lo cual es fraudulento porque las viejas dicotomías nunca son viejas, y la superación de las mismas que este individuo propone, son ridículas, ni vale la pena ponérselas a analizar un segundo.
Bueno la cosa es que en cierto momento, el muchacho rubio habla de Rodolfo Walsh. Dice algo tan ampulosamente patético como que fue "su maestro y el de muchos de su generación". Y aca viene lo mas gracioso. Refieriéndose al susodicho escritor, dice algo así como que su arma fue, simplemente, una máquina de escribir.
Esto provoca el enfado del muchacho barbudo, que le dice: "pero dejemonos de joder, todo sabemos que Walsh era montonero, y por lo tanto estaba en la lucha armada".
Continua descargando su enfado con otras palabras que ya ni recuerdo. El pobre muchacho rubio no puede contestar, tal vez porque en efecto no supiera de la militancia de Walsh.
De todas maneras aún no puedo quitar de mi cabeza una imagen. Rodolfo Walsh tiene un arma poderosa en sus manos. Puede arrojar sobre las cabezas de sus enemigos, una Lexicon 80, una Olivetti. No cabe duda que es una poderosa arma, arrojada con violencia puede provocar lesiones de muerte en el cráneo.
Lamentablemente Walsh, efectivamente un genial escritor y periodista, fue asesinado.
Uno piensa a veces cuantos inútiles gozan de buena salud y da bronca.
Pero la verdad es que el famoso programa periodístico del Dr. en Derecho se ha convertido en un sana apuesta al humor. Aunque sea 15 minutos vale verlo y reírse un poco de la boludez humana.